Picky, anatomía de un número uno

Anatomía de un número uno

¿Qué hay detrás del éxito Picky?

He hecho de todo, pero de verdad no sé, canta Joey Montana en los últimos compases de Picky, el mayor éxito de su carrera, un single número uno que ha alcanzado verdadera ubicuidad. Todos la están bailando, desde los jugadores del Real Madrid y el Barca en sus animados camerinos, hasta estudiantes de ballet y grupos de niños que se reúnen en los parques para subir la coreografía a las redes sociales. Es decir, de esos número uno que últimamente escasean. Al momento de escribir esto, la canción ha sido primer lugar en la radio en México por cuatro semanas consecutivas, en la cresta de una ola que se formó en Centro y Sudamérica y explotó definitivamente en México, para después resonar en lugares tan remotos como Rumania y Turquía.

Mientras tanto, algunos en la industria discográfica deben de estarse rascando la cabeza y preguntándose lo mismo que Joey: He hecho de todo, pero de verdad no sé. ¿Cómo se logra tener un número uno que arrase de tal forma, algo que para muchos nunca pasará de ser un sueño lejano? Cuando se es Top 5 desde el Río Bravo hasta la Patagonia, tanto en género Pop como en General, en número de tocadas y en todas las plataformas (Spotify, Google Play, iTunes y charts de Monitor Latino), hay que poner atención. Más si las tres cuartas partes de las personas que la llevaron al número uno (los escuchas) ni siquiera sabían el significado de la palabra Picky (quisquillosa). ¿Qué hay detrás del éxito de Joey Montana?

El origen de la canción

La historia ha ocurrido en incontables ocasiones, pero no por ser común deja de ser sorprendente. Joey Montana — autor de la canción y exintegrante de La Factoría— acababa de presentar un par de demos a su disquera en Miami. Aunque todas las cabezas asintieron al oír el material, la verdad es que nadie brincó de entusiasmo. “Me dijeron que era más o menos lo mismo que ya había hecho”, comenta Montana. Es posible que fuera un suave rechazo, pero rechazo al fin, y eso fue justamente lo que, en palabras de su autor, “le dio un giro a mi disco. Empecé a buscar algo totalmente distinto para mi cuarto álbum: 4U —Back to the roots. Quería volver a mis raíces, al género que crecí oyendo, que era música muy bailable”.

Uno de los grandes méritos de la canción es el coro, la repetición insistente de la palabra picky, un mantra fiestero y puntiagudo que una vez que te captura, es imposible dejarlo. “Iba camino al estudio, pensando cómo hacer algo distinto, cuando alguien mencionó esa palabra, Picky, que se usa mucho en Panamá para designar a las personas selectivas, medias complicadas a la hora de tomar las cosas. Decimos: `¡No seas picky, cómete esa hamburguesa!´”. Sin dejar de caminar, Joey se quedó con la palabra, empezó a arrojarla al aire como un niño jugando con una moneda, a explorar sus sílabas y cadencias. Cuando llegó al estudio ya tenía listo el coro. Se lo cantó a su productor, llamó a su manager y supieron que acababan de dar con algo bueno.

Como en los viejos tiempos

El segundo aspecto que dio forma al éxito fue el factor nostalgia, que cualquier oído atento puede detectar en la canción, cuya protagonista es una chica que no quiere bailar. “De ahí empecé a desarrollar la idea y darle historia a la canción. Me puse a recordar esas épocas en que uno iba a la discoteca en verdad a bailar, lo cual se ha perdido. Hoy la mayoría de las mujeres bailan solas; aquella época de llegar, pedir la mano y decir: `Oye, ¿quieres bailar conmigo?´ y tener ese miedo a que te rechazara”. Al principio la canción era más lenta, a 88 bpm (golpes por minuto). Joey y su productor aceleraron a 96 bpm, un ritmo muy bailable, pero todavía asequible, y la decisión probó ser de lo más afortunada. Como toque final añadieron toques de música jamaiquina, panameña. La intención era que la canción no diera tregua al escucha: quitando un breve crescendo de cuatro segundos que sirve de prólogo, el tema empieza siendo bailable. “El ritmo tiene mucho que ver”, subraya Joey. “Ahorita muchas canciones arrancan muy lento. Picky te hace pararte a bailar desde el inicio; en este sentido, tratamos de hacer algo que no estuviera pasando en el mercado, y eso llamó la atención. Fue un riesgo porque la gente estaba acostumbrada a canciones románticas y tropicales”.

La reacción

Primero fue Centro y Sudamérica. La canción llegó al número uno absoluto en varios países de la región y al Top 5 en todas las plataformas del continente latinoamericano. En México, al igual que con La Factoría, la reacción fue más lenta, “pero la canción entró orgánicamente, colándose”, subraya Joey. “Primero supimos que estaba sonando en lugares como Guadalajara, León e Irapuato; después llegó al resto del país. Entró a México desde todos lados, norte y sur, y la disquera, que se movió pronto para replicar el fenómeno, tuvo mucho que ver con su éxito”.

Joey Montana admite que la canción, que ya cosechó varios discos de platino en el continente americano y España, no está dedicada a ninguna chica en especial; simplemente buscaba una historia sencilla que atrajera a varios públicos, niños, jóvenes y adultos. El público, afortunadamente, no fue nada picky y la abrazó con entusiasmo. En la segunda quincena de mayo de 2016 vive quizá el momento más alto de su trayectoria.

grafic_picky

*Nota. Ecuador, Chile y Venezuela se comenzó a monitorear en el 2016

“Pero dime cómo hacer”

Eso es lo que todos quieren saber. ¿Cómo le hizo Picky? Además del talento y carisma de Joey Montana, la canción tiene varias características que han tenido los grandes éxitos de la radio. No son ningún secreto; tampoco es una cuestión de seguir una receta y ya. Lo difícil es reunir en una sola canción varios aciertos y lograr que el resultado se sienta natural. Picky lo consigue con:

  • Un gancho musical contagioso, reconocible, y uso de la aliteración
  • Tempo intermedio y sin largos preludios: la canción es bailable desde el primer compás
  • La duración clásica de la radio: tres minutos
  • Parcialmente bilingüe, una característica que parece ser cada vez más popular entre los jóvenes millenials
  • Una ligera carga de nostalgia en la letra; el clásico tema de la mujer recatada y la atenta caballerosidad en busca de la atención de la dama.
  • Partes habladas donde el cantante, sin intermediación alguna, pasa a primer plano y confiesa sus sentimientos al escucha
  • Una coreografía especial o paso de baile inseparable de la canción, que invita a la imitación
  • Ir a contrapelo de las tendencias de la radio o revivir una tendencia apreciada
  • Y lo más importante: la insistencia en el eterno y universal tema desde que se inventó la música pop: bailar, la perfecta metáfora del sexo y el amor.

Con tanta cosa buena, ¿cómo puede seguir ella siendo tan picky, picky picky?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

× ¿Cómo puedo ayudarte?